De acuerdo con varios medios de comunicación rusos, los cazas de la OTAN despegaron desde la base aérea de Amari, en Estonia.
Finlandia, que aún no forma parte de la Alianza Atlántica, también envió un avión suyo para llevar a cabo la inspección aérea en dicha región. El encuentro de las aeronaves se resolvió sin incidentes.
Según Stoltenberg, la intercepción de una aeronave es un procedimiento común. No obstante, a veces puede llevarse a cabo de manera poco profesional y, como consecuencia, puede derivar en una amenaza.
Con todo, el líder de la OTAN constató que la actividad militar que se observa actualmente en el Báltico es muy elevada.
"Por eso estudiamos la posibilidad de aumentar la seguridad en la región báltica", concluyó Stoltenberg.
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