Según los testimonios, las fuerzas de seguridad y funcionarios locales incitaron y en algunas ocasiones llevaron a cabo ataques por motivos étnicos en Kasai donde fueron descubiertas al menos 80 fosas comunes.
Un comunicado que recoge el sitio web de ACNUDH menciona los casos de personas mutiladas o quemadas vivas.
"Este baño de sangre es todavía más espantoso porque encontramos indicios de que la gente es atacada cada vez más por su filiación étnica", cita la nota al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Hussein.
La situación en Kasai se agravó en agosto de 2016, después de que los militares mataran a un señor de la guerra, Jean-Pierre Mpandi o Kamuina Nsapu (Hormiga Negra), quien se había rebelado contra el Gobierno.
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"La responsabilidad del Gobierno es garantizar que los que organizaron, reclutaron y armaron a los Bana Mura u otras milicias sean identificados y procesados", subrayó el Alto Comisionado.
Algunas violaciones y abusos cometidos en la provincia de Kasai, a juicio de ACNUD, constituyen delitos punibles acorde a las leyes internacionales.