"Salgo de aquí más animado aún porque veo a un socio, a un compañero, alguien que comprende como nadie los problemas del país", dijo el 7 de agosto el mandatario en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Sao Paulo, donde el Gobierno cedió a la ciudad un terreno estatal para que construya un parque.
Temer pertenece al Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) y Doria al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el principal partido de la derecha brasileña y el aliado más destacado del actual Gobierno.
Entre estos últimos está Doria, que este lunes aseguró que los cuatro ministros del PSDB que integran el gabinete "pueden perfectamente continuar con su trabajo donde están".
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Temer, que según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística cuenta con una popularidad de menos del 5% –la más baja de la historia para un presidente–, reiteró en diversas ocasiones que no pretende presentarse a las elecciones de 2018.
Las fricciones entre ambos fueron citadas veladamente por Temer, que pidió unión y adhesión a su Gobierno para poder llevar a cabo las reformas estructurales que en su opinión necesita Brasil.
"Jamás le vi dividiendo a la gente, al revés, siempre agregó", dijo el presidente sobre el alcalde de Sao Paulo.
Temer superó la semana pasada su peor crisis de Gobierno cuando la Cámara de Diputados decidió archivar la denuncia por corrupción pasiva que pesaba en su contra, lo que permitió mantenerse en el cargo.
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Su objetivo ahora es recomponer su base de aliados para garantizarse la gobernabilidad en el Congreso Nacional, donde su principal reto es la aprobación de la reforma del sistema de pensiones, que genera controversias incluso entre los partidos que le apoyan.