El llamamiento pide la celebración de marchas de protesta contra la Administración de Washington coincidiendo con la próxima llegada a la zona del enviado y yerno del presidente Donald Trump, Jared Kushner, prevista para finales de agosto.
Según los convocantes, Estados Unidos está presionando injustamente a los palestinos para volver a las negociaciones sin ofrecer nada a cambio.
Los estadounidenses acusan a los palestinos de "incitación a la violencia", una acusación que los convocantes de las marchas consideran injusta y grave.
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EEUU también aprueba leyes contrarias a los palestinos y les exige, entre otras cosas, que dejen de pagar salarios a los combatientes que ahora se encuentran en las prisiones israelíes, según los convocantes.
Por consiguiente, continúan los convocantes, a los palestinos no les queda otra alternativa que no sea la de seguir combatiendo a la ocupación hasta que se respeten sus derechos.
Las organizaciones palestinas, entre las que se encuentran las llamadas "nacionalistas" y las llamadas "islamistas", se reunieron en Ramala para hacer el llamamiento a las protestas coincidiendo con la próxima llegada a la región de Kushner.
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Los convocantes dijeron que es necesario aplicar la legitimidad internacional de las Naciones Unidas al conflicto con Israel.
A nivel interno, los convocantes exigieron que Israel deje de demoler casas palestinas y pidieron la unidad de las distintas fuerzas palestinas.