Los negociadores "tenemos que encontrar un campo común para todos" y el resultado debe ser, apuntó el jefe negociador mexicano Idelfonso Guajardo: "llevar al pacto a las demandas del Siglo XXI para lograr una Norteamérica más próspera".
El equipo de negociadores mexicanos lleva delineado un conjunto de prioridades agrupadas en cuatro ejes temáticos "para fortalecer la posición de México en la economía global, extender los beneficios del libre comercio al interior de nuestra sociedad y reposicionar a América del Norte como una de las regiones más competitivas", dijo la oficina de Guajardo horas antes del inicio de las negociaciones.
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Los primeros dos ejes son "fortalecer la competitividad de América del Norte", y "avanzar hacia un comercio regional inclusivo y responsable".
México espera que el proceso de negociación sea "constructivo", y que permita "aumentar los flujos comerciales y de inversión, que consolide la cooperación y la integración económicas, y fomente la competitividad en América del Norte", dijo en un avance la secretaría federal de Economía.
El Gobierno de Trump tiene entre sus principales objetivos revertir el déficit de la balanza comercial con México, que pasó de un superávit favorable a EEUU de 1.300 millones de dólares hace 25 años a un déficit de poco más de 63.000 millones de dólares en 2016, un balance que se incrementó 14% en el primer semestre de 2017 y podría superar los 64.000 millones al final de este año.
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Desde 1994, el comercio de México con EEUU se multiplicó por cinco, hasta los 530.000 millones de dólares del año pasado, y su exportaciones crecieron siete veces, desde 44.474 millones de dólares en 1993 a 313.000 millones de dólares del 2016.
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En ese encuentro, Freeland adelantó a Guajardo que su principal objetivo, de cinco, es "modernizar el tratado de acuerdo a la revolución tecnológica".
El segundo gran objetivo del Gobierno de Justin Trudeau es "fortalecer salvaguardas laborales; reforzar regulaciones ambientales; crear un capítulo de derechos de género y otro de derechos indígenas; reformar el proceso de solución de controversias entre inversionistas y Estado".
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En el encuentro previo, en el que se fotografiaron abrazados, Freeland dijo que los otros tres objetivos son "armonizar regulaciones para reducir las cuotas fronterizas, buscar un mercado más libre para la contratación pública y facilitar el movimiento laboral de profesionales en Norteamérica".
Los congresistas tampoco consideran una opción para México aceptar nuevos aranceles, ni abolir el Capitulo 19 sobre solución de controversias, como pretende Trump, quien este día repitió su grito de guerra en campaña, "Hacer a EEUU grande otra vez" en su cuenta de Twitter ("Make America Great Again").
También forman parte de ese espacio de la delegación mexicana representantes de distintos sectores productivos y la sociedad civil.
