Los especialistas atribuyen este aumento al fracaso de proyectos como las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en el estado de Río de Janeiro (sureste) o del Pacto por la Vida del estado de Pernambuco (noreste).
"Los efectos benéficos empezaron a ser revertidos y ahora son más evidentes por la ausencia de inversión pública en ellos; en diferentes porcentajes, las tasas de homicidio volvieron al patrón de 2009, antes de la implementación de esos proyectos", explicó la antropóloga de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ) Alba Zaluar en declaraciones al diario "Estado de São Paulo".
Por regiones el noreste brasileño es donde más crece la violencia: cuatro de los 11 estados donde los homicidios han aumentado están en esta zona del país, históricamente la más empobrecida.
Lea también: Justicia brasileña envía a prisión a 13 policías por masacre de 10 campesinos
En el estado de Pernambuco las muertes aumentaron un 37,88%; en Ceará, un 31,9%; y en Río Grande do Norte un 26,27%.
El estado que albergó los Juegos Olímpicos el año pasado sufre una grave crisis de seguridad propiciada en gran medida por la situación de bancarrota en la que se encuentra su Gobierno, que tiene dificultades incluso para pagar a la Policía Militar.
Más: Muertos en tiroteos aumentan 37% en seis meses en Río de Janeiro
Sin embargo, en los últimos años (y especialmente en los últimos meses) la violencia generada por los enfrentamientos entre facciones del narcotráfico y policías está repuntando con fuerza incluso en favelas que se daban por "pacificadas".