"Jerusalén es un problema que debe ser resuelto entre las partes y a través de negociaciones", dijo Jenca.
El funcionario agregó que si se aprueban los planes de Israel, su control sobre Jerusalén oriental "limitará la habilidad que tienen las dos partes de negociar una solución que esté en línea con las resoluciones de la ONU y los acuerdos alcanzados con anterioridad".
Los violentos ataques recientes que resultaron en el cierre de la mezquita Al Aqsa, agregó Jenča, profundizaron la inestabilidad de la actual situación.
Asimismo, afirmó, crece la necesidad de comprometer a la comunidad internacional y a las dos partes para llegar a una solución de dos estados, que legitime las aspiraciones y la seguridad de palestinos e israelíes.
El 3 de este mes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunció un discurso al inaugurar la construcción de 1.000 nuevas viviendas en el asentamiento de Beitar Ilit en el que alabó la promoción que hace su Gobierno de nuevos asentamientos en territorios palestinos, advirtió el funcionario de la ONU.
"Debo reiterar que los asentamientos son ilegales en virtud del derecho internacional y un obstáculo para la paz", afirmó Jenča.
Los diálogos de paz entre Palestina e Israel se encuentran en un punto muerto desde 2014.
Los palestinos reivindican la creación de un Estado dentro de las fronteras de 1967 con capital en Jerusalén oriental.
Israel, por su parte, se niega a volver a las fronteras de 1967 y mucho menos compartir con los árabes la ciudad de Jerusalén, la que proclama como su "capital eterna e indivisible".
Jenca subrayó que la comunidad internacional debe comprometerse para conseguir que se termine la ocupación israelí y conseguir que las dos partes negocien un plan verdadero para adoptar la solución de dos Estados conviviendo en paz y seguridad.
