Durante un reciente tour de prensa por la Planta de Helicópteros de Kazán, donde estuvo presente un enviado especial de Sputnik, el director de marketing y ventas de dicha fábrica, Valeri Pashkó, reveló una curiosa historia acerca del enfoque de EEUU respecto al cumplimiento de las sanciones antirrusas.
Según afirma Pashkó, la parte rusa ganó, pero al final los griegos no eligieron a la aeronave rusa porque, al ser miembro de la OTAN, Atenas "no pudo permitírselo".
El entrevistado aclaró que Grecia no compró los Mi-17 porque la OTAN producía "sus propios helicópteros". Entretanto, EEUU no tuvo ningún reparo en adquirir 63 equipos de Mi-17 rusos —fabricados en la Planta de Kazán— para la Fuerza Aérea de Afganistán.
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"Salude de mi parte a la Fuerza Aérea de Grecia", le dijo Pashkó a un periodista griego, que fue quien le preguntó sobre este asunto en particular.
"Ustedes siguieron ciegamente a Estados Unidos, pero cuando Washington sintió la necesidad de comprar los Mi-17 para Afganistán, no lo dudó ni un instante", añadió.
Según aseguran los medios rusos, el contrato de suministro de los Mi-17 ascendió a más de 1.000 millones de dólares. La idea de EEUU era utilizar estos helicópteros rusos en la lucha antiterrorista.
Poco tiempo después, el Gobierno estadounidense retiró cierta parte de las sanciones contra la compañía rusa Rosoboronexport —que se ocupa de las exportaciones de armas nacionales— para poder realizar obras de mantenimiento de los Mi-17 rusos.
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De acuerdo con Pashkó, nada más recibir las piezas que faltaban, EEUU pronto cambió de idea e impuso las sanciones de nuevo.
"Lo que hacen tiene un nombre técnico: 'enfoque práctico'", ironizó el alto funcionario.