Según el servicio de prensa de la Flota del Báltico de Rusia, 50 militares y más de 10 unidades de equipos militares participaron en este simulacro que tenía como objetivo comprobar su preparación para los combates.
Tras llegar a un polígono, varias unidades desplegaron los sistemas de misiles Bal e introdujeron los datos necesarios para realizar lanzamientos de misiles contra blancos marítimos imaginarios.
Además, los militares aprendieron a poner los complejos en la posición lista para combates y recargaron misiles de un vehículo de transporte en las lanzadoras.
Los militares también dieron la última mano a los procedimientos relacionados con el cambio de posición y el escape del ataque perpetrado por un enemigo convencional.
El sistema de misiles Bal fue diseñado para proteger las aguas territoriales, las bases navales y la infraestructura costera de Rusia. El país eslavo lo puso en servicio en 2008. Como regla, dos puestos de mando móviles suelen acompañar a este complejo.
Armado con misiles Kh-35, el Bal puede aniquilar blancos terrestres y a los que se encuentran en el mar a distancia de casi 300 kilómetros.