"En estos momentos las oficinas del consulado están controladas por las autoridades y han sido acordonadas por la policía", dijo a Sputnik.
El diplomático subrayó que en la parte residencial del recinto siguen alojados los empleados del consulado que podrán permanecer allí hasta que se marchen antes del 1 de octubre, que es el plazo límite fijado por las autoridades estadounidenses, explicó.
"Lo que está pasando rebasa las normas del derecho internacional e incluso el simple marco legal. De facto nos han echado de nuestra casa, y Estados Unidos lo reconoce", recalcó Petrov.
A partir de ahora, agregó, el personal de la legación se centrará en terminar los contratos de alquiler, cerrar las cuentas bancarias y vender sus automóviles.
"La prioridad es que la gente pueda hacer las maletas y trasladarse a un nuevo destino en EEUU o regresar a Rusia", señaló.
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El Departamento de Estado de EEUU pidió el jueves a Rusia desalojar su Consulado General en San Francisco (oeste) y dos oficinas diplomáticas más, una en Nueva York y la otra en Washington, poniendo como fecha límite el 2 de septiembre.
Moscú declaró que la medida es un acto hostil y contrario al derecho internacional que empeora aún más las relaciones entre ambos países.