El Ministerio de Defensa israelí se negó a comentar lo ocurrido y señaló que no proporcionará explicaciones sobre "cuestiones operacionales".
Sin embargo, medios de comunicación israelíes aseguran que la aviación golpeó la empresa donde supuestamente se producían armas químicas. El periódico Haaretz señala que estas fueron supuestamente suministradas tanto al Ejército sirio como a Hizbulá.
Según varios especialistas, Israel tomó medidas decisivas ya que podría haber considerado la situación alrededor de Masyaf una amenaza para sus intereses.
"Israel es sensible a cualquier acción que, en su opinión, amenace sus intereses nacionales y su seguridad. Probablemente, los israelíes procedieron sobre la base de los datos recibidos por su inteligencia, posiblemente no confirmados", afirmó a RT el director del Centro de Estudios Estratégicos, Iván Konoválov.
Opinión: "Israel se pasa de la raya en los duelos en Siria"
El ataque a Masyaf ha sido el primero de Israel después de que el acuerdo de cese del fuego entrara en vigor en las zonas de distensión. La última vez que los israelíes atacaron las posiciones del Ejército sirio fue el 2 de julio, en respuesta al bombardeo en los Altos del Golán.
Oficialmente, Israel se adhiere a la posición de no injerencia en los acontecimientos en Siria, pero en realidad realiza regularmente operaciones militares en el país, sin ocultar este hecho, subraya RT.
Las autoridades israelíes explican sus acciones por el deseo de impedir el fortalecimiento del movimiento libanés Hizbulá, considerado por Israel como terrorista, y para evitar que nuevas armas caigan en manos de sus combatientes.
El observador militar del Komsomólskaya Pravda, el coronel retirado Víktor Baranets, cree que los ataques a las posiciones del Ejército sirio eran más bien una precaución, ya que en Tel Aviv temen que las tropas de Asad puedan apoyar al movimiento libanés en el futuro. Además, destaca otra razón para la actividad militar de Israel en Siria: las autoridades israelíes temen el fortalecimiento de Irán.
Incluso, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó oficialmente su preocupación por el fortalecimiento de la posición de Irán en Siria y compartió sus temores con el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su visita a Moscú a finales de agosto.
"Irán hace esfuerzos enormes para afianzar su presencia en Siria lo que supone una amenaza para Israel, Oriente Medio y el mundo entero", dijo Netanyahu entonces.
