Según declaró el encargado del estudio, Martin Suttle, "los icónicos acantilados de Dover son una fuente importante de partículas fosilizadas que pueden proporcionarnos más información sobre lo que estaba sucediendo en nuestro sistema solar en aquel momento".
Los investigadores británicos hallaron 76 partículas cósmicas que tienen una edad aproximada de 87 millones de años. En total, más de 30.000 toneladas de polvo cósmico caen anualmente a la Tierra. No obstante, resulta bastante difícil encontrar las partículas debido a su pequeño tamaño. En cuanto al polvo fosilizado, los minerales que forman parte del polvo son reemplazados por otros elementos con el paso del tiempo, así que es imposible identificar la composición química de las partículas.
La estructura del polvo descubierto en Dover está, sin embargo, bien reservada. Según los científicos británicos, el gran número de partículas halladas en los acantilados demuestra que todavía se requieren más investigaciones en este ámbito.
