La tumba de la guerrera, situada en la ciudad de Birka, en Suecia —uno de los enclaves comerciales más importantes de los vikingos— fue excavada por primera vez a finales del siglo XIX. El investigador principal de aquella excavación, Hjalmar Stolpe, asumió, tras realizar el hallazgo, que debido a la presencia de lo que él describió como instrumentos "varoniles" en la tumba, el guerrero tenía que ser un hombre.
Burial 581 at Birka is one of the most impressive. Used as model of Viking warriors. Osteological analysis said female, was doubted. pic.twitter.com/Qr7cWmowD0
— (((Asa M Larsson))) (@archasa) 8 сентября 2017 г.
Sin embargo, hace varios años, la osteóloga Anna Kjellstrom, de la Universidad de Estocolmo, al estudiar los mismos restos para un proyecto de investigación notó que los pómulos de este jefe guerrero eran demasiado delgados para ser los de un hombre. Es más, los huesos de la cadera parecían ser los de una mujer, escribe el medio sueco The Local SE.
"En realidad se trata de una mujer, de alrededor de 30 años y bastante alta, que mide unos 170 centímetros", declaró Charlotte Hedenstierna-Jonson, arqueóloga de la Universidad de Uppsala, en Suecia.
Los hallazgos de Kjellstrom, publicados en la revista American Journal of Physical Anthropology, muestran que esta mujer vikinga era un formidable líder militar.
Aunque el descubrimiento es importante, es dudoso que cambie la extendida idea de que la sociedad vikinga estaba dominada principalmente por guerreros masculinos.
"Probablemente era bastante inusual [para una mujer ser un líder militar], pero en este caso concreto, quizás [la tumba] tenía más que ver con su papel en la sociedad y la familia que ella representaba que con su género", concluyó Hedenstierna-Jonson.