"Vamos a poner este banco de ADN a disposición de las personas desaparecidas, es imposible realizar una identificación de personas en morgues o de restos que sean hallados en las investigaciones si no se cuenta con un banco genético", dijo el 12 de septiembre el fiscal de la nación, Carlos Baca, durante la presentación del proyecto.
De esta forma, si aparece un ciudadano no identificado, vivo o muerto, se podrá saber si corresponde o no a un caso de desaparición al comparar las osamentas o las muestras con las de sus familiares cercanos.
En Ecuador, de los 1.511 casos de desaparecidos que aún no se han resuelto, el 60% corresponde a episodios registrados antes de 2014 y la mayor cantidad se registran en Pichincha (norte), Guayas (oeste), Azuay (sur) y Manabí (noroeste).
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Estas resoluciones se expusieron después de que Baca y otras autoridades mantuvieron un encuentro con las asociaciones de familiares de desaparecidos ante la insistencia ciudadana de encontrar alternativas para evacuar los casos.
Se tendrá "una sola fuente de información, esta base de datos se ha depurado y hoy presentamos y les comunicamos que (…) vamos a renovar esta política de atención integral a las personas que tienen familiares y amigos desaparecidos", agregó Baca.
Avances
Por su parte, la vocera de las asociaciones de familiares, Lourdes Mejía, calificó de importante y favorable la reunión "porque la lucha debe continuar" y con estas acciones "se dan un paso más".
"Todos somos ciudadanos, es importante recordar eso y sensibilizar, nosotros somos humanos, nadie está libre de que le pase lo que nosotros vivimos en carne propia", anotó Mejía.
El Estado también implementará más fiscalías especializadas en este tipo casos para incrementar el nivel de atención.
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Según las autoridades, Ecuador registra 38.511 casos de desapariciones en total, de los cuales 37.000 han sido resueltos.