La doble tragedia en el terremoto mexicano

Estaba impartiendo cátedra y en ese momento sentí un ligero movimiento, les pedí que salieran rápidamente del salón. Mientras caminábamos a la zona de seguridad, el terremoto se sintió mas fuerte, lo que provocó que salieran muchos alumnos de los demás salones. Creí que el edificio colapsaría, pensé en todos mis seres queridos.

Posterior al sismo, no había señal de teléfono, así que viví la incertidumbre. No podía ir corriendo a mi casa, porque la seguridad de mis alumnos depende en ese momento de todos sus maestros y demás autoridades educativas. Había que calmar a quienes estaban alterados. Como no sabíamos si el edificio era seguro, los maestros tuvimos que entrar y sacar las mochilas de los alumnos para que se pudieran retirar a sus casas. En momentos difíciles tenemos que pensar en el bien de los demás, aunque también nos preocupa el bienestar de nuestros seres queridos. Me retiré de la institución una hora después. Afortunadamente toda la gente que es importante para mi está bien.

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En todo México existen centros de recolección de víveres para los damnificados por el sismo pasado. Es asombrosa la cantidad de personas que ayudan, ya sea en algo muy pequeño o en gran cantidad. Miles de personas prestan sus camionetas u autos particulares para el transporte de la ayuda a los lugares afectados. Como es el caso de la universidad Iberoamericana, en donde la solidaridad se respira y percibe. No hay distinción entre alumnos, directivos y ciudadanos que reciben los víveres, catalogan y empaquetan para su posterior envío. Otras personas desde sus muy humildes casas, se convirtieron en centros de acopio. En las calles y redes sociales se percibe este ambiente de solidaridad. Donde me da orgullo ver gente conocida tomando iniciativas y desde aquí tienen mi más sencillo reconocimiento.

Lamentablemente también existe el otro México, el que he denunciado por este medio. Ese México representado por el Gobierno, sus instituciones y medios de comunicación. Tuve la oportunidad de hacerle unas preguntas a un voluntario que lleva ayuda a los damnificados. La historia que me relató es triste e indignante. Por ejemplo, en el poblado de Ayutla, el cual se encuentra a dos horas de la ciudad capital de Puebla, en donde la autoridad con policías impidió el paso de la ayuda. Con el argumento de que "aqui no pasaba nada". A los víveres, donados por los ciudadanos, se les están pegando calcomanías con un logo político condicionando un futuro voto. Mucha gente vive la incertidumbre de no tener un hogar y alimentos, ahora se les suma la impotencia de ser víctimas de los políticos. ¿Cuánta gente está en la misma situación?

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Y aunque no me interesa ver la televisión mexicana desde hace 15 años, ya saben que no es confiable, pero mi familia lo hizo para informarse. Por lo que pude ver se generó una gran expectación por el rescate de una niña llamada Frida. Con el tiempo se demostró que todo fue un montaje, una mentira. A este grado de manipulación llegan estos medios de comunicación para tener rating por un lado, pero también se la pasan pidiendo dinero que "llegará a los damnificados". Cosa que pongo en duda, porque no hay manera de verificar cuánto recibieron y el destino de estos recursos. Por lo que a veces se convierte en un acto de cinismo televisado ante toda la nación.

Espero que los medios internacionales presionen al Gobierno de México para que se dé información confiable, cosa que dudo, y lleguen a los lugares donde la gente necesita. Como siempre en México, si te quieres informar bien es través de internet y no de parte de los medios locales ni del Gobierno. Como podrán apreciar los mexicanos, vivimos una doble desgracia, el sismo y la corrupción.

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