"Los turcos sacaron mucho provecho desde el punto de vista político. Han demostrado que consideran que la maquinaria rusa es más fiable que cualquier otra, incluso la estadounidense. Esto, como era de esperar, sacó de sus casillas al Pentágono y a la Casa Blanca", manifestó el especialista.
El entrevistado puso de relieve que a los países que forman parte de la OTAN 'no se les aconseja' renunciar a las armas estadounidenses. Según Litovkin, Ankara demostró que es un país bastante independiente y soberano, que contrasta marcadamente del resto de los países del bloque militar, que casi siempre renuncian a su soberanía en estos casos.
Litovkin recalcó que los S-400 pueden funcionar sin entrar en el sistema de defensa antiaérea de la Alianza Atlántica, por eso "todas las especulaciones acerca de la incompatibilidad de estas armas con los estándares de la OTAN no son más que un mero chantaje".
"EEUU no es sincero cuando dice que los S-400 no encajarían en el sistema de defensa antiaérea de la Unión Europea o de la OTAN. Podemos decir que Washington, en gran medida, miente en sobre este caso. Grecia dispone de sistemas S-300, que son un poco menos sofisticados que el S-400, y han logrado encajarlos en el sistemas de defensa antiaérea del bloque", recordó el experto.
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El entrevistado relató que la prioridad del complejo industrial ruso en la actualidad "es suministrar sistemas S-400 Triumf a las Fuerzas Armadas de Rusia, luego habrá que cumplir el contrato firmado con China", que fue suscrito antes, y después empezarán los suministros de estas armas a Turquía.
"La planta productora es incapaz de cumplir con todas sus obligaciones simultáneamente, por lo cual hay un período de espera de los suministros a varios países. En general, dos años es un período bastante corto. Todo esto se recoge en el contrato", puntualizó Litovkin.
El analista informó de que la parte rusa también se encargará de la formación de los oficiales otomanos con tal de que puedan operar estas armas.
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