"Los gobiernos de los Estados regionales negocian con las grandes potencias en Ginebra y Astaná dos puntos principales, el sistema de seguridad de la región y la forma de garantizar los intereses comunes entre los países de la región y las grandes potencias, estos temas no tienen nada que ver con la democracia y no resuelven los problemas de las minorías nacionales, entre ellos los de los kurdos", dijo el representante de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK).
El Gobierno de Irak no reconoce el resultado de la consulta, al calificarla de unilateral y contraria a la Constitución.
El referéndum kurdo también provocó el rechazo de potencias regionales, como Turquía e Irán, y críticas por parte de Alemania, EEUU, Reino Unido y la ONU.
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