"Hablaremos sobre las leyes de armas mientras las cosas vayan sucediendo", dijo Trump a la prensa.
El 2 de octubre, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que no es momento de discutir la política de control de armas en Estados Unidos inmediatamente después del mortal tiroteo.
En la noche del 1 de octubre, un tirador abrió fuego indiscriminado desde la planta 32 del hotel Mandalay Bay Resort en Las Vegas contra el público que asistía al festival de la música country Route 91 Harvest.
Tras matar a 59 personas y herir a otras 527, el atacante, identificado más tarde como Stephen Paddock, de 64 años, se suicidó en la habitación del hotel donde se alojaba y en la que fueron encontradas 23 armas de fuego.
Fue el tiroteo más mortífero de la historia de Estados Unidos.
El autoproclamado Estado Islámico (proscrito en Rusia y otros países) reivindicó la autoría de la masacre en Las Vegas, pero el FBI estadounidense afirmó no haber encontrado una conexión con el terrorismo internacional.