Parece que Dios ha abandonado a Puerto Rico. Desde hace una década la economía no crece y en mayo pasado esta colonia norteamericana se declaró en bancarrota, pero para agravar más la trágica situación de sus habitantes, la naturaleza acaba de azotar al país con dos huracanes que destruyeron pueblos enteros, bloquearon calles e inutilizaron la red eléctrica. Pero eso no es todo, hace unos días llegó el presidente Trump y lejos de ayudarlos, prácticamente los llamó vagos y en la televisión se le vio arrojando a la multitud paquetes de papel higiénico.
"Todo, todo está desierto, el pueblo está desierto de necesidad, ¡Ay! de necesidad. Se oye este lamento por doquier, en mi desdichada Borinquen, sí".
(Rafael Hernández Marín, 'Lamento Borincano')
Sin embargo hay mucho más en la desgracia de Puerto Rico que aún no termina, hace unos meses Washington envió a la ex 'salvadora' o 'destructora' de la economía nacional de Ucrania, Natalia Yaresko, de origen norteamericano-ucraniano, para "sacar a Puerto Rico de la crisis".
En los años 1930 la desocupación creció hasta un 36% y la mayoría de la población engrosó las filas de los pobres, dependientes en la alimentación de la ayuda de EEUU. Washington declaró el inglés como el idioma obligatorio en la isla y el español fue prohibido. Precisamente en aquellos años el gobierno norteamericano decidió convertir a Puerto Rico en su principal laboratorio en eugenesia para poder controlar el crecimiento de la población para evitar las explosiones sociales o revoluciones. En el caso de Puerto Rico, Washington quería impedir la reproducción de los nativos llamados 'mestizos', que fueron considerados por los eugenistas norteamericanos como "portadores de rasgos defectuosos". Desde 1937 hasta 1985, una de cada tres mujeres puertorriqueñas en la edad de reproducción fue esterilizada con la participación de la Escuela de Medicina Tropical de la isla en 67 clínicas de control de natalidad.
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Decía el pintor peruano Teodoro Núñez Ureta que para conquistar un pueblo, "lo primero que hacen es robarle el alma". Así hicieron los estadounidenses con la mayoría de los boricuas convenciéndolos a través del miedo, la manipulación y las presiones de que sería mejor congraciarse con los 'gringos' y aceptar su dominio que pasar el resto de sus vidas en la cárcel federal o simplemente ser eliminados por apoyar a los independentistas. Para no tener problemas con su conciencia por perder la dignidad y, en especial, debido a la siempre difícil situación económica, 4,9 millones de puertorriqueños se trasladaron al continente, principalmente a New York y Florida, quedándose en Puerto Rico 3,4 millones de habitantes.
Mucho antes de que Donald Trump declarase que "la isla que está en mitad del océano está literalmente destruida" por los dos huracanes, Puerto Rico ya estaba en bancarrota con la deuda pública de 73.000 millones de dólares y 49.000 millones de dólares en obligaciones de pensiones sin fondo debido al mal manejo de la economía, la negligencia del gobierno federal, la corrupción, el alto costo de energía y el retiro de hace unos tres años de los privilegios fiscales que por décadas el gobierno federal otorgó a las industrias establecidas en la isla. La situación se complica por las relaciones especiales que EEUU mantiene con Puerto Rico, que tiene condición de estado libre asociado, lo que en realidad no le permite a la isla declararse oficialmente en quiebra y recibir ayuda de Washington.
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Con un sueldo de 650.000 dólares al año, Yaresko ya puso en marcha las medidas depresivas de austeridad que aumentarán aún más la pobreza y la desigualdad. La Promesa no promete el crecimiento económico hasta el 2024. Esto significa que la Junta de Supervisión que reemplazó al poder legislativo y ejecutivo puertorriqueños no tiene realmente una respuesta efectiva para lidiar con la actual crisis en la isla. Es extraño también que junto con Yaresko apareció en Ucrania un 'fondo buitre', el Grupo de Inversión Franklin Templeton, que se convirtió en un importante tenedor de deuda ucraniana. Sorpresivamente, este fondo se ha interesado por Puerto Rico tan pronto como Natalia Yaresko empezó a 'reestructurar' la deuda de la isla.
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Actualmente, EEUU no está en condiciones de crear un 'Plan Marshall para Puerto Rico' porque, de acuerdo al economista de la Universidad de California-San Diego, James Hamilton, Norteamérica no tiene dinero pues su "propia deuda actual es de 70 millones de millones de dólares" (70 trillones). Por lo tanto es fácil calcular por qué tomaría seis meses a la FEMA y a otras agencias norteamericanas restablecer la electricidad en la isla y reubicar a 50.000 familias que se quedaron sin techo. Puerto Rico, desde 1898 sigue siendo para la mayoría de norteamericanos, como reconoció el mismo presidente Trump, una "isla en medio de un océano" y el 47% de los compatriotas del presidente ni siquiera saben que los puertorriqueños tienen la nacionalidad estadounidense.
Puerto Rico ha quedado indignado por la burla de Donald Trump, pero qué les importa al presidente y a la mayoría de sus paisanos los sentimientos y sufrimientos de los habitantes de una colonia que "está lejos en medio de un océano". Ya es hora para los puertorriqueños de reaccionar, entender y acordarse de la enseñanza de 'El Maestro', Pedro Albizu Campos: "Aquel que no está orgulloso de su origen, no valdrá nunca nada, porque empieza a despreciarse a sí mismo".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK