Las investigaciones del instituto federal de alimentación y biotecnología, a las que tuvo acceso el diario ruso Izvestia, muestran que la población indígena del Distrito Autónomo de Yamalia-Nenetsia en Rusia tiene unas particularidades de metabolismo por las cuales sus depósitos de grasa se reciclan rápidamente en calor.
Según el doctor en Medicina Alexandr Baturin, el organismo de los habitantes del Extremo Norte está adaptado al frío debido a los genes responsables de la producción del calor. Sus células convierten el alimento no en grasa, sino en calor.
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Tal genotipo se forma por influencia del clima, del modo de vivir y de la ración nutricional.