Oficialmente, EEUU inició estas medidas como represalia por el arresto de Metin Topuz, un empleado turco del Consulado estadounidense en Estambul, a quien Turquía le imputa delitos de espionaje, atentado contra el orden constitucional y afiliación con la organización de Fethullah Gulen, acusado de planear la intentona de golpe de Estado de 2016.
Cansu Camlibel, periodista y corresponsal del periódico turco Hurriyet en Washington, compartió con Sputnik su opinión: el arresto de Metin Topuz ha sido solo una excusa para las sanciones.
"Durante mis entrevistas con los representantes estadounidenses, noto su gran preocupación por el tema de la compra de los sistemas rusos de defensa aérea S-400. Esa cuestión es la que les preocupa en primer lugar", comunicó Camlibel.
No obstante, Camlibel recuerda que el tiempo en el que Grecia adquirió los sistemas rusos difería de la actualidad, ya que coincidió con el fin de la Guerra Fría y el proceso de formación de la Rusia moderna. Hoy en día, la situación entre el país eslavo y el bloque del Atlántico Norte es muy diferente.
Es por esto que EEUU "podría aplicar a Turquía sanciones similares a las que impuso a Rusia", estimó la periodista.
"Solemos valorar las acciones de EEUU a través del prisma de la Casa Blanca. Sin embargo, en la política estadounidense, en particular a lo que se refiere a la industria armamentista, una mayor influencia lo tiene el Congreso y sus integrantes. (…) Sabemos que el tema [de las sanciones a Turquía] ha estado siendo discutido en los corredores del Congreso", concluyó Camlibel.
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El Servicio Federal de Cooperación Técnica Militar de Rusia informó el 12 de septiembre que Moscú y Ankara firmaron un contrato para el suministro de los sistemas S-400 a Turquía. Ese mismo día, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, señaló que Ankara desembolsó el primer pago por los S-400.