"En términos porcentuales, esta es la caída más significativa en los últimos 20 años y el nivel de producción es similar al alcanzado durante los primeros meses de 1980", dijo el ente regulador del Estado mexicano, en un comunicado enviado a los corresponsales extranjeros acreditados.
La explicación que ofrece el órgano regulador se centra en los trabajos de mantenimiento realizados por la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), tras el paso de un poderoso huracán por el Golfo de México el pasado mes.
La CNH indica que la principal causa son "los trabajos adelantados de mantenimiento realizados por Pemex durante los primeros días de septiembre en el activo Ku-Maloob-Zaap, tras el paso del huracán Harvey", que paralizó en parte la extracción petrolera en ese yacimiento, el más importante del país, que produce casi 40% del crudo mexicano.
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Esas labores preventivas afectaron la producción y "provocaron una disminución del 16% en la producción de dicho activo", que ocupó el primer lugar después de que el mega yacimiento de Cantarell bajo aguas someras del Golfo de México, que comenzó su declinación desde 2004, cuando alcanzó un pico de producción de alrededor de 2 millones de toneles al día, uno de los más grandes del mundo.
"Esto afectó notablemente al indicador nacional ya que en lo que va de 2017, más de 4 de cada 10 barriles se produjeron por Ku-Maloob-Zaap", dice el informe de producción del país latinoamericano, que oscila entre el décimo y onceavo productor mundial de crudo, mientras que Pemex es la octava petrolera estatal más grande del mundo, según el director de la compañía estatal, José Antonio González.
Se trata de un enorme capa de hidrocarburos fósiles localizada bajo las aguas someras del Golfo de México (menos a 500 metros de profundidad) en la llamada Sonda de Campeche, descubierto por Pemex en el año 2002, a 105 km de la costera Ciudad del Carmen.
Por falta de inversiones y tecnología, la producción de México ha registrado una declinación constante en los últimos 12, desde el pico de producción de 3,4 millones de barriles diarios, alcanzada en 2004.
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El Gobierno mexicano abrió el monopolio, que Pemex mantuvo casi 80 años, a la competencia y la inversión de petroleras privadas y extranjeras, con una reforma energética que ha logrado comprometer inversiones estimadas en unos 60.000 millones de dólares para la próxima década.
Las autoridades calculan que el primer barril de crudo de esas petroleras llegará a los mercados a finales de 2018.
