El bloque de los Veintisiete concluyó este 20 de octubre que se requiere más progreso en la etapa inicial sobre los términos del divorcio: los derechos de la ciudadanía, Irlanda y la factura por los compromisos de Londres como miembro de la UE.
"Aunque el Reino Unido ha afirmado que satisfará las obligaciones financieras que contrajo durante su pertenencia a la Unión, esta afirmación todavía no se ha plasmado en un compromiso firme y concreto del Reino Unido de saldar todas estas obligaciones", apuntan los 27 jefes de Estado y Gobierno en el documento acordado en Bruselas.
"Es difícil ver cuanto más puede ofrecer en esta primera fase y, a nivel doméstico, sería políticamente complicado comprometer una cantidad más elevada sin recibir nada a cambio", sostiene Aarti Shankar, analista política en el instituto Open Europe.
El Gobierno May y su Partido Conservador están divididos en los objetivos del Brexit y el sector radical euroescéptico demanda la retirada de las negociaciones si la UE sigue retrasando los contactos sobre la futura relación comercial, incluida el capítulo de la transición.
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En la cena de la Cumbre, la premier británica expuso al conjunto de líderes la presión y urgente necesidad de progresar a un trato que "podamos vender a nuestra gente", según corresponsales acreditados en Bruselas.
"El imperativo claro y urgente debe ser que la dinámica que ustedes construyan nos permita avanzar juntos", clamó.
Pero la apertura de este capítulo negociador que urge a Londres sigue condicionado a que haya "progreso suficiente" en los asuntos del divorcio.
La decisión se ha pospuesto a la cumbre de diciembre, cuando se "volverá a valorar el avance de las negociaciones con objeto de determinar si se ha progresado lo bastante", según concluyó este viernes la UE de los 27.