"El Gobierno llevó a cabo una revisión de 120 días del Programa Estadounidense de Admisiones de Refugiados [USRAP por sus siglas en inglés] para definir e implementar nuevos controles de seguridad con el fin de elevar la protección del pueblo", dice el comunicado.
En virtud de esa orden ejecutiva, a partir de ahora se exigirán más controles para los refugiados procedentes de 11 países considerados una amenaza para EEUU, dijo por su parte a periodistas un funcionario gubernamental.
El nuevo decreto "pone fin a la suspensión temporaria y mundial [del ingreso de refugiados] de la orden ejecutiva 1370", dijo el funcionario para añadir que "se necesita mayor revisión para 11 nacionalidades (…) que han sido previamente identificadas como potencialmente más riesgosas".
Los refugiados de esos 11 países podrán ser admitidos si se lo considera un asunto de interés nacional y si no entrañan una amenaza para EEUU, dijo el funcionario.
La fuente no mencionó de qué 11 países se trata debido a cuestiones de orden público.
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EEUU continuará reasentando más refugiados que ningún otro país del mundo y sigue siendo líder mundial en materia de ayuda a esas poblaciones en peligro, pues aportó más de 8.000 millones de dólares en el año fiscal 2017, dijo la Casa Blanca en su comunicado.