"Ha sido un desafío cumplido que hace a la integración y al espíritu del rompehielos", afirmó el capitán de fragata Maximiliano Mangiaterra tras llegar a la capital argentina, de acuerdo a un comunicado de la Armada.
Esta última travesía que comenzó el pasado 26 de septiembre "cierra un ciclo de adiestramiento e instrucción fundamental para que toda la tripulación pueda participar en sus roles de forma adecuada durante la campaña antártica", explicó el comandante de la unidad.
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El rompehielos tuvo que lidiar a lo largo del trayecto con bloques de hielo de hasta cuatro metros de espesor.
Para poder abrirse paso, se emplea una técnica por la que el rompehielos debe retroceder una distancia equivalente a una eslora (el largo del barco) para tomar impulso y montarse sobre el hielo, que se rompe por el peso del buque.
El buque construido en Finlandia en 1977 comenzó sus ensayos el pasado mes de abril, después de que un incendio lo dejara inutilizado por 10 años y fuera reparado en un astillero argentino, el Complejo Industrial y Naval Argentino (Cinar).
A partir de ahora, el Comando Naval Antártico será responsable del rompehielos, que comenzará a prepararse de cara a la Campaña Antártica de Verano para abastecer a las bases científicas argentinas.
Argentina tiene bajo su jurisdicción en la Antártida 13 bases, seis permanentes y siete transitorias, siendo el país con más instalaciones científicas permanentes en el continente austral.
