Según Brett Wallensky, que captó las imágenes, la escena era realmente escalofriante. Un sinfín de cuerpos azules y transparentes se retorcía agónicamente y morían fuera de su hábitat natural.
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Los científicos advierten de que el calentamiento global influye peligrosamente en la vida de estos seres marinos. Las aguas cálidas aceleran el metabolismo de esta especie y los sus especímenes comen más, tienen vidas más prolongadas, se reproducen más activamente y sus células urticantes incrementan la concentración de veneno generación tras generación.