Musk ha tenido que salir nuevamente a escena para justificar los retrasos en la producción de los vehículos de la empresa Tesla, que debía ser de 5.000 unidades a la semana.
En esta ocasión ha tirado de su faceta emocional al hablar de los retrasos del Model 3, el berlina de la compañía llamado a revolucionar el mercado de los coches eléctricos, informa CNBC.
Una vida de estrés y 'postureo'
La última conferencia con esos mismos inversores se hizo desde la misma Gigafactory, en la que se fabrican las baterías de sus autos. Desde ella, el presidente de Tesla colgó en Instagram una fotografía de lo más evocadora. En ella, el equipo de Musk —y el propio Musk— aparecen de acampada en el tejado de su planta de Nevada.
"La razón por la que acampamos en la azotea de la Gigafactory es que se tardaba menos que en ir a un hotel en Reno. Producción infernal ('manufacturing hell'), el círculo 8", escribió el magnate en su cuenta de Twitter.
Más tarde, Musk tranquilizaba a esos mismos inversores y aseguraba que los esfuerzos de su equipo por llegar a las cuotas de producción planeadas al principio estaban dando sus frutos.
"Digamos que el nivel nueve es el peor, ¿de acuerdo? Bueno, pues estábamos al nivel nueve (…) Estaba muy deprimido hace como unas tres o cuatro semanas cuando me di cuenta de que estábamos a ese nivel (…) Había más o menos tocado fondo (…) Pero las cosas ya van mejor y ahora estamos al nivel ocho y creo que estamos cerca de salir de él. Ahora veo la luz al final del túnel", aseguró Musk.
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El episodio de expectativas contra la realidad a la que se ha tenido que enfrentar Tesla —en este caso, alcanzar la producción de unos 20.000 carros Model 3 a la semana para el mes de diciembre— se suma a los tantos otros en la ya no tan corta historia de la compañía.