Este acontecimiento provocó transformaciones en todas las esferas de la vida social, cultural y política. Sputnik entrevistó a tres pensadores de la región, para entender la relevancia de la Revolución en nuestro continente.
"No hay fecha para la próxima revolución"
Según el escritor y periodista uruguayo Mauricio Rosencof, "la gente recuerda la fecha" de la Revolución, pero olvida la situación anterior de la clase obrera. "Trabajaban 12 o 14 horas por día, morían los niños en los telares. Había una opresión tremenda de una clase sobre la otra", recordó.
Para el escritor, es necesario recordar los alzamientos de 1905, en los que el pueblo "manifestó pidiéndole pacíficamente al zar y a la burguesía incipiente la posibilidad de comer todos los días y fueron acribillados". Luego, recordó que la victoria del Ejército rojo en la guerra civil, a pesar de que 14 naciones apoyaron al bando blanco.
"Después hay desarrollo y conquistas; mejoras y errores; barbaridades y gulags. Una Segunda Guerra Mundial donde los rusos pusieron los muertos como los pusieron otros, pero donde fueron claves en la derrota del movimiento más espantoso que se desarrolló en este mundo, el nazismo", aseveró Rosencof.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 de abril de 2017
El periodista no dudó en afirmar que "la revolución socialista no fue derrotada" y que "vive y lucha en todos los lugares donde hay gente que está dispuesta" a ella. "Hay gente que está luchando para que su pueblo coma todos los días mientras hablamos. Hay gente que hace y que lucha y no hay fecha para la próxima revolución. Es la historia de la humanidad", apuntó.
La liberación de las mujeres de la "esclavitud doméstica"
Andrea D'Atri, dirigente del Movimiento Pan y Rosas y del Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina, recordó la importancia de la Revolución rusa para los derechos de las mujeres a nivel mundial.
"Los bolcheviques consideraban que no era posible hablar de una revolución o de socialismo si no se avanzaba en la emancipación de las mujeres. Por eso llevaron adelante una serie de medidas muy importantes de derechos democráticos por los cuales en muchos países del mundo todavía estamos peleando", dijo D'Atri.
También adquirieron el derecho a la educación y a tener un pasaporte, ya que anteriormente dependían exclusivamente de su padre o de su marido para viajar. Podían insertarse en el mercado laboral sin permiso de un hombre y gozar de derechos políticos.
No solo las mujeres: también los hijos nacidos de uniones extramatrimoniales o de familias no convencionales se equipararon a los nacidos de vínculos tradicionales, explicó. En otros países de Occidente, estos cambios llegarían años o décadas después.
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D'Atri recordó el esfuerzo de intentar industrializar y socializar el trabajo doméstico, cosa que no prosperó por las condiciones que atravesaba el país en aquel entonces.
"Lenin decía que la igualdad ante la ley aún no es la igualdad ante la vida, ante el obrero y la obrera, y lo que había que conquistar era la igualdad ante la vida. Para eso había que liberar a las mujeres de la esclavitud doméstica. ¿De qué sirve el derecho a votar, a ser votadas, a hacer política si vamos a tener a las mujeres horas y horas del día dedicadas a esos quehaceres que la convierten en esclavas del hogar?", se preguntó.
Pero en el contexto de la Revolución, con una Guerra Mundial fuera de fronteras, una guerra civil interna, un cerco económico, 14 ejércitos rodeando al país y 7 millones de muertos "nada más que de enfermedades y frío sin contar los muertos de la guerra civil", los derechos conquistados son "de una dimensión inaudita".
"Es posible un mundo más allá del capitalismo"
La importancia de la Revolución rusa es tal, recordó Stefanoni, que el historiador británico Eric Hobsbawm planteó que "el siglo XX había comenzado con la Revolución rusa y había terminado con la caída de la Unión Soviética".
Sin embargo, según Stefanoni, "el marxismo se encontró con que la idea de revolución que se había planteado era muy difícil o imposible de realizar en Occidente e incluso la Revolución rusa respondió a una anomalía en ese sentido".
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En el mundo desarrollado, "la revolución siguió sin ser posible". Aún así, en el siglo XX se pueden ver revoluciones "en la periferia: en China, Cuba, Vietnam, Argelia y otros lados. Hoy, creo que con la caída del socialismo real y la crisis de los socialismos realmente existentes se cayó también una cierta idea de revolución en un contexto en el que la idea de superar el capitalismo es crecientemente difícil de pensar".
Stefanoni citó al autor británico Mark Fisher, autor de ‘Realismo capitalista', "que dice que no solo es difícil llevar adelante proyectos post-capitalistas sino llevarlos adelante como posibles".
"Ese es el desafío: recuperar la idea de que es posible un mundo más allá del capitalismo. Eso no es evidente y de hecho hoy no solo están en crisis las izquierdas revolucionarias sino las izquierdas reformistas y socialdemócratas, que tampoco saben cómo encarar ciertas reformas del orden actual pese a que quizás como nunca hay un inconformismo con el capitalismo existente muy fuerte", concluyó el historiador.