Según Ivan Vinnik, diputado del partido gobernante y autor de la posible enmienda, Rusia será reconocida como un país agresor en una segunda lectura de la ley sobre la reintegración del Donbás.
Fuentes del periódico en el Parlamento de Ucrania creen que la enmienda será aprobada.
"El paso siguiente sería un decreto correspondiente del presidente Petró Poroshenko después del cual se cerrarán las instituciones diplomáticas rusas en Ucrania y las ucranianas en Rusia y los intereses de Kiev en Moscú los van a representar Bielorrusia o Suiza", señala.
Anteriormente el senador ruso Franz Klintsevich declaró que Ucrania viola derechos de los parlamentarios ucranianos al amenazar con perseguirles penalmente por sus visitas a Rusia y "no se descarta que de esa manera Kiev prepare el terreno para romper las relaciones diplomáticas con nuestro país".
El 6 de octubre, el Parlamento de Ucrania aprobó en la primera lectura el proyecto de ley propuesto por Poroshenko sobre la reintegración de Donbás.
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Se esperaba que el texto revisado del borrador se debata en una segunda lectura a mediados de octubre, algo que no ocurrió.
La representante de Poroshenko en el Parlamento, Irina Lutsenko, declaró que el Comité parlamentario para la Seguridad Nacional y Defensa había recibido más de 2.000 enmiendas al proyecto de ley y que el documento podría ser votado en el Parlamento a mediados de noviembre.
Moscú aseguró en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto interno ucraniano y que está interesado en que la nación vecina supere lo más pronto posible la crisis que está viviendo desde 2014.
El Gobierno ucraniano lleva a cabo desde abril de 2014 una operación militar en Donbás que hasta la fecha ha dejado más de 10.200 muertos, según estimaciones de la ONU.
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El Ejército gubernamental combate a las milicias en el este del país donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de 2014.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de las hostilidades.