Cuando el 15 de noviembre las Fuerzas Armadas lo arrestaron junto a la primera dama y otros altos cargos, las protestas populares reclamando su renuncia se multiplicaron. La movida militar habría sido para evitar que Grace sea nombrada sucesora, y como respaldo al vicepresidente Emmerson Mnangagwa, al que Mugabe había despedido el 7 de noviembre.
"Tres días antes, el jefe del Ejército fue a China y al regresar se produjo este hecho. Esto es importante porque en Zimbabue nada se mueve sin el consentimiento de Pekín. Es importante el papel que está jugando China en ver quién sucede a Mugabe, porque parece que Pekín haya bendecido este cambio y haya visto mucho mejor a Emmerson sobre Grace, que por su estilo de vida y contactos sería más abierta a Europa y EEUU", sostuvo Caballero.