"Yo no cambio la cultura de mis colegas, quien lo hace es el propio Espíritu Santo", dijo en una entrevista con Sputnik Orewawe, quien con 34 años se matriculó en una universidad de Río de Janeiro para perfeccionar el portugués y estudiar traducción.
Es además feligrés de la Iglesia Evangélica Xavante, una secta neopentecostal fundada en los años 50 por misioneros estadounidenses y ahora liderada casi de forma única por indígenas locales.
Orewawe, de hecho, remarca orgulloso que no se convirtió, sino que nació en una familia evangélica.
"No soy menos xavante por ser evangélico, la religión me hacer sentir quien soy realmente; veo a mis colegas en las aldeas que no conocen el Evangelio y tengo que mirarlos con una mirada de compasión", dice.
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Tarea titánica
En realidad la titánica tarea la acometieron inicialmente en los años 50 tres monjas misionarias de Inglaterra ya fallecidas, y ahora Orewawe está revisando su trabajo porque detectó muchos errores gramaticales.
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Traducir la Biblia a un idioma indígena no es tarea fácil: muchas palabras no encuentran su equivalente, por lo que se recurre a soluciones imaginativas.
Por ejemplo, en la Biblia xavante el León de Judá (Jesús) del Apocalipsis se convirtió en 'el Jaguar de Judá', para acercarlo a la realidad de los indígenas.
Son muchos los que todavía mantienen su religión original, basada en el panteísmo y una mitología fuertemente ligada a la naturaleza.
La adopción de la religión evangélica, no obstante, no supone una negación automática de las raíces, según Orewawe, que defiende lo contrario: en su opinión el Evangelio empodera al indígena para hacer valer su cultura, le da herramientas para moverse mejor en el mundo del "hombre blanco" y fomenta su curiosidad y las ganas de aprender.
"Mantenemos las pinturas, las danzas, los pendientes (…) Los misioneros de EEUU imponían una forma de vestir, pero los jóvenes de hoy en día entendieron que la religión no tiene nada que ver con eso", explica.
Uno de los principales distintivos de la cultura xavante es una suerte de colgante en forma de corbata de algodón que se usa en ocasiones solemnes; ahora Orewawe y los suyos se la colocan para leer la Biblia.
"Estamos retomando la cultura original xavante, sé que hay gente que no lo entiende y que lo critica (…) algunos xavantes se ha levantado contra los Evangelios, pero yo lo que digo es que cada uno de quede en su sitio", dice Orewawe.
A pesar de predicar la concordia entre religiones, este líder espiritual no renuncia al proselitismo.
"Si no hago eso (propaganda) el Evangelio no crecerá, tengo que explicar que conocí algo que es mejor", asegura convencido.
También rechaza los trabajos del 'pajé espiritual', una especie de chamán, porque considera que lleva a cabo rituales de magia que son contrarios a la ley de Dios.
Polémico avance neopentecostal
Esta suerte de sincretismo religioso, que permite alabar a Dios y al mismo tiempo conservar parte de las tradiciones indígenas, se mostró más efectivo para expandir el cristianismo que intentos más agresivos, como el catequismo de los jesuitas en el siglo XVII.
La creciente presencia de iglesias neopentecostales en comunidades tradicionales indígenas despierta polémica en Brasil y no son pocos quienes lamentan la destrucción de la diversidad cultural que supone.
El filme "O monocultivo da fe" (el monocultivo de la fe, en portugués), de la documentalista Joana Moncau y el antropólogo Spensy Pimentel, por ejemplo, retrata las tensiones que la religión genera en las aldeas y la persecución a la que se ven sometidos los indígenas que optan por seguir sus creencias originarias.
La Fundación Nacional del Indio, órgano estatal que protege a las comunidades nativas de Brasil, declinó comentar a Sputnik sobre esta cuestión.