De eso está convencido Timur Nigmatullin, analista financiero, quien en su entrevista con Sputnik analiza los riesgos que cabe esperar de cara a una más que posible crisis financiera y responde a la pregunta de si se cumplen ya las condiciones para que ocurra.
Política monetaria, Wall Street, Italia, China… Todos ellos 'cisnes negros'; posibles consecuencias cuya detonación es impredecible pero que no dejan de ser analizadas en busca de señales que anticipen su explosión.
Regulación en EEUU
Para Nigmatullin, la afirmación del Bank of America sobre los riesgos de un aumento en la inflación y del endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos no son suficientes para desatar una crisis en las bolsas.
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Que la Reserva Federal de EEUU aumente los tipos no tiene por qué llevar (como la práctica ha demostrado) a una corrección a gran escala en el mercado de valores. Los inversores se centran principalmente en la inflación y en el crecimiento económico, que actualmente son favorables a EEUU, señala.
Un golpe de efecto
Para provocar una sacudida en los mercados, es necesario, así, un impacto externo. Cuanto más valiosos resultan los activos, más frágiles son a lo que se les venga encima, explica Nigmatullin. Se puede tratar de cualquier escenario; de un conflicto militar o hasta de un error informático. Y si logran coincidir, pues, su efecto se multiplicará, desplomando el valor de los activos de alto riesgo.

Problemas de deuda en Europa
Sin embargo, la Unión Europea adoptó, desde la crisis económica de 2008, medidas para atajar esos problemas, como las de Basilea III, que debían meter en cintura a los bancos europeos.
Gracias a esto, el sistema bancario europeo es menos sensible a lo que se le pueda venir encima.
La burbuja inmobiliaria china
El creciente mercado de viviendas chino representa otro posible peligro, según el Deutsche Bank.
A su vez, Nigmatullin señala que el Gobierno chino va aliviando el riesgo: sí, se conceden enormes descuentos para la primera vivienda, pero al mismo tiempo, para aquellos que compran bienes inmuebles con fines de inversión, el mercado está regulado de manera extremadamente rígida.
"Hay ciudades muy grandes y China es un país muy centralizado, así que es normal que, en algunos casos, los bienes inmuebles se vuelvan más caros", explica a Sputnik.
Difícilmente a la burbuja a la que se refiere el Deutsche Bank le espera el mismo final que a las hipotecas estadounidenses de 2007 que desataron una turbulencia a escala mundial.
El problema puede seguir siendo chino
Algunos analistas consideran que el golpe de efecto puede venir del gigante asiático. Se cree que las instituciones públicas chinas no van desarrollándose a la misma velocidad a la que está creciendo la economía del país. Todavía no está claro cómo se resolverá ese problema.
"En un futuro cercano, los institutos sociales chinos deberán adaptarse a los ingresos elevados e integrarse más estrechamente en la economía mundial. Cuando se dé esa transformación, puede tener lugar una fuga de capitales desde China. Los inversores tienen miedo de ese escenario", alerta Nigmatullin.
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Así las cosas, el experto ve en los conflictos geopolíticos —y no tanto en los puramente económicos— la próxima raíz de una crisis económica. Pero advierte que hasta que no tengamos encima el problema no seremos capaces de verlo: cada una de las crisis financieras del pasado tuvo sus razones peculiares que no se repitieron.