"Sería absurdo para nosotros, como Estado, perjudicar a una empresa [rusa]", dijo Krutskij.
Según Krutskij, "se trata de tácticas sucias de la competencia que viola los preceptos a la Organización Mundial del Comercio y de todo el capitalismo que (EEUU) construyó".
"Es una campaña igual de sucia que la que se lleva a cabo en contra de RT, y una prueba más de lo indecoroso que consiste en que una serie de países occidentales no apoyaron las acusaciones contra Kaspersky", afirmó.
Asimismo, el representante especial dijo estar "avergonzado por el capitalismo estadounidense".
Por su parte, la compañía desmintió las acusaciones de ciberespionaje y recordó que su director ofreció al Gobierno estadounidense que analizara el código fuente de sus programas para demostrar que son seguros, respetan la privacidad de los usuarios y no tienen ningún vínculo con el Gobierno ni la inteligencia de Rusia.