Al intervenir en la conferencia internacional "Los parlamentarios contra los estupefacientes", el canciller dijo que se convierte en una realidad la fusión entre el narcotráfico y el terrorismo que nutre y fortalece su mortífero potencial con el dinero proveniente de drogas y que esos ingresos criminales minan la seguridad y la estabilidad internacional.
Tras informar que en 2017 la producción de opiáceos aumentó en un 87% en Afganistán, alcanzando las 9.000 toneladas, Lavrov dijo que las proporciones de esta tragedia exigen un nuevo nivel de cooperación internacional.
"Instamos a la OTAN a que se preocupe para juntos buscar las vías que lleven a expulsar de la tierra afgana el narcotráfico y el terrorismo que se nutre con los ingresos del primero".
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"La gran diversidad de nuevos estupefacientes y su aparición en el mercado dictan la apremiante necesidad de que la comunidad internacional elabore una actitud solidaria y creativa con el fin de hallar oportunamente un eficaz antídoto", señaló.