El pueblo de Honduras continúa a la espera de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ponga en marcha el proceso de recuento de votos de la elección del 26 de noviembre, con el fin de establecer a qué candidato favorecen los resultados electorales. "Mientras no se dé ese paso la situación va a seguir siendo tensa y los reclamos en las calles, firmes", dijo a Sputnik Ismael Moreno, director de Radio Progreso.
El 4 de diciembre un sector de la Policía nacional se rebeló contra el Gobierno. Argumentaron que no pueden seguir reprimiendo a la población que protesta porque los políticos no se ponen de acuerdo. Afirmaron además que no van a permitir que el Gobierno los utilice para sofocar las movilizaciones cuando ellos, al igual que la ciudadanía, demandan un conteo voto por voto para establecer la transparencia y el respeto a los comicios.
Por su parte, el candidato opositor Salvador Nasralla exigió el conteo, pero el presidente Juan Orlando Hernández (JOH) no se ha pronunciado al respecto, aunque aseguró que trabaja para promover la paz y proteger la ley.
"Son declaraciones bastante alejadas al modo en que actúa. Ha sido la persona que más ha violado la ley siendo presidente de la República, y el que más ha provocado disturbios. Ha lanzado a la Policía y al Ejército a las calles para reprimir", explicó el director de la radio.
En 2009 hubo un golpe de Estado en Honduras. El presidente de entonces, Manuel Zelaya, fue destituido por poner en marcha un proceso para habilitar la reelección. En 2017, ocho años después, el presidente Juan Orlando Hernández se lanza a una reelección sin proponer una consulta, sino a través de la Suprema Corte de Justicia.
"Lo más dramático es que esa ilegalidad contó con el aval de la embajada de EEUU, los países europeos, la OEA y la ONU. Toda la comunidad internacional dio su visto bueno a una reelección inconstitucional", indicó el director de Radio Progreso.
Durante el conteo de votos el máximo candidato opositor, Nasralla, llevaba la delantera. Pero un apagón informático obligó a interrumpir el escrutinio. Al reiniciarse, Hernández pasó al frente y su rival denunció fraude electoral y exigió un recuento. Esto desató una ola de violencia.
Moreno aseguró que el actual proceso electoral es fraudulento en dos líneas: "Primero porque se manipularon los votos de la ciudadanía, y segundo porque la candidatura del presidente de la República era ilegal".
Para Moreno esta maniobra es posible porque al actual presidente hondureño lo apoya "la elite empresarial" del país en unión con el "capital multinacional" y "su propio partido, la extrema derecha".
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"Los mismos grupos que avalaron, impulsaron y financiaron el golpe de Estado de 2009 son quienes ahora respaldan la reelección del actual presidente de la república. JOH es el que más garantías da al sector oligárquico y transnacional para las inversiones. Los que antes vieron una violación al Estado de derecho son los que hoy lo quebrantan por los mismos motivos que denunciaron: la reelección del presidente de la República", concluyó Moreno.