Además los manifestantes piden la puesta en libertad de los cuatro líderes políticos y civiles presos en Madrid en el marco de la causa que investiga los presuntos delitos derivados del proceso de ruptura desarrollado en la pasada legislatura, cuyo fin fue decretado por el Gobierno español.
"Venimos a Bruselas para hacer sentir nuestra voz pacífica pero firme", dijo al final de la marcha el expresidente catalán Carles Puigdemont, que se desplazó a principios de noviembre a la capital belga para eludir la acción de la justicia española.
"Queremos una Europa que escuche no solo a los Estados, sino también a sus ciudadanos", añadió el expresidente catalán, que durante una parte de su intervención interpeló de manera directa al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, al que, entre otras cosas, acusó de respaldar la "represión" del Gobierno español.
Antes de Puigdemont tomó la palabra Marta Rovira, secretaria general de Esquerra Republicana de Cataluña, partido al que pertenece Oriol Junqueras, el otro gran candidato del independentismo para los comicios de diciembre, que actualmente se encuentra en una prisión en Madrid.
También tomaron la palabra ante los manifestantes los cuatro antiguos integrantes del Gobierno catalán que se desplazaron a Bruselas a principios de noviembre junto al expresidente Puigdemont.
El acto tuvo un componente internacional con la presencia, entre otros, de la eurodiputada de Gales Jill Evans y el eurodiputado por Eslovenia Ivo Vajgl, representantes de una plataforma conformada por una treintena de parlamentarios europeos que aboga por el establecimiento de un diálogo entre las instituciones comunitarias y Cataluña.
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La manifestación fue convocada por las entidades civiles Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, cuyos presidentes se encuentran presos en Madrid mientras se instruye la causa donde podrían afrontar una acusación por delitos de sedición.
Los distintos oradores que tomaron la palabra ante los manifestantes instaron de manera constante a la Unión Europea a interesarse por la situación de los independentistas presos a través de discursos pronunciados en inglés, francés, español y catalán.
Preguntada por su opinión sobre la marcha, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo respetar el ejercicio del derecho de manifestación de los asistentes, aunque destacó que "es la Unión Europea quien permite esa libertad" y que es la nacionalidad española la que le permite moverse por el viejo continente para exponer sus demandas.
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Además, Timmermans destacó que la protesta "no es en sentido único" porque en los últimos meses también se registraron varias manifestaciones multitudinarias por parte de catalanes que rechazan los postulados independentistas.