"La Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido aumentar en 25 puntos base el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día a un nivel de 7,25%", informó Banxico en un comunicado.
El panorama para la inflación "se ha tornado más complejo", debido a que alcanzó 6,66% en agosto de este año, a pesar de que se redujo ligeramente en los siguientes dos meses.
"La presencia de nuevos choques provocó que al mes de noviembre la inflación general mostrara un aumento respecto a septiembre", al pasar de 6,35% a 6,63%, reseña el documento de la decisión monetaria, la primera del nuevo gobernador Alejandro Díaz de León.
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En particular, la decisión de elevar las tasas fue tomada porque "desde el tercer trimestre de este año se registraron presiones sobre la cotización de la moneda nacional, asociadas a diversos factores, especialmente las renegociaciones del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte)".
Otro factor que influyó fue "la normalización de la política monetaria en Estados Unidos", dijo el banco central mexicano, luego de que la Reserva Federal de EEUU (Banco Central) también elevó el miércoles las tasas un cuarto de punto porcentual, a un rango de 1,25 a 1,50%.
Riesgos: TLCAN, elecciones y EEUU
El escenario económico y financiero del país "está sujeto a riesgos" para la cotización del peso mexicano frente al dólar, estima el análisis oficial.
Otro riesgo es que se presenten presiones adicionales sobre los precios de productos agropecuarios y energéticos, y una evolución al alza de los costos de la mano de obra que "podría reflejarse en la inflación".
En sentido inverso, la moneda nacional podría apreciarse "si es favorable el resultado de las negociaciones del TLCAN" que se prevé continuarán hasta el primer trimestre de 2018.
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La actividad de la economía del país latinoamericano "podría presentar un menor dinamismo que el anticipado", advirtieron los directores de Banxico.
El principal reto que enfrenta la nueva Junta de Gobierno de Banxico es "mantener ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazo, y reforzar la tendencia descendente de la inflación general hacia su meta", de las autoridades financieras de 3%.
Además de todos los factores determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, el banco central observará "la posición monetaria relativa entre México y EEUU, el potencial traspaso de las variaciones del tipo de cambio a los precios y la evolución de las condiciones de holgura de la economía".
En caso de ser necesario, la Junta de Gobierno "tomará las acciones correspondientes, tan pronto como se requiera”, para adoptar una postura monetaria que mantenga ancladas las expectativas del índice de precios al consumidor.
La inflación a ritmo anual se disparó en noviembre a su mayor nivel en más de 16 años a más del doble de la meta oficial.
