En un comunicado publicado en el sitio web de la organización se explica que la mayoría de los desaparecidos son árabes suníes que vivían en Kirkuk o que habían llegado a la localidad como desplazados internos.
Según la información de las autoridades locales, después de que las tropas iraquíes recuperaran el control de Kirkuk en octubre de 2017, no encontraron a los detenidos en ningún centro penitenciario de la ciudad ni de sus alrededores.
"Las familias en Kirkuk están desesperadas por saber qué pasó con sus parientes detenidos", manifestó la vicepresidenta de la HRW en Oriente Medio, Lama Fakih.
El pasado 7 de noviembre decenas de familias se manifestaron en Kirkuk pidiendo información alguna sobre sus familiares detenidos.
Un día después el exjefe del comité de seguridad del consejo regional de la provincia de Kirkuk Azad Jabari desmintió los informes de que las fuerzas de seguridad del Gobierno del Kurdistán iraquí estuvieran detrás de la desaparición.
Jabari responsabilizó de eso a las tropas estadounidenses desplegadas antes en Kirkuk al señalar que la mayoría de los materiales sobre las personas desaparecidas pertenecen al período entre 2003 y 2011.
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Por su parte, el gobernador de Kirkuk, Rakkan Said, comunicó a la HRW que unos días después de la acción de protesta las fuerzas de seguridad del Gobierno regional del Kurdistán iraquí entregaron a los militares iraquíes en Kirkuk a otros 105 detenidos que se encontraban en la ciudad y que fueron trasladados a la ciudad de Solimania.
La provincia de Kirkuk y sus yacimientos petroleros son objeto de una disputa entre Bagdad y la autonomía kurda del Kurdistán en el norte de Irak tras un referéndum independentista de los kurdos, desestimado por las autoridades iarquíes.
Bagdad recuperó en octubre el control de la provincia, administrada en los últimos años por las autoridades regionales kurdas.