Kikuchi fue acusada por colaborar en el atentado y en el envío de un paquete explosivo al Ayuntamiento de Tokio en 1995.
La explosión, que hirió de gravedad a un empleado, perseguía el objetivo de evitar el arresto de Shoko Asahara, el fundador de la secta, que fue condenado a pena de muerte por el atentado en el metro de Tokio del 20 de marzo de 1995.
La Fiscalía apeló al Tribunal Supremo de Japón que tomó en consideración los argumentos de la defensa, según la que la sentenciada desconocía que transportaba sustancias que se utilizarían para fabricar artefacto.
El 20 de marzo de 1995 el grupo Aum Shinrikyo ejecutó los atentados con gas sarín en el metro de Tokio que causó la intoxicación de 6.300 personas, de las cuales 13 fallecieron y decenas quedaron en estado casi vegetativo.
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En 1994 la secta organizó otro atentado con sarín que dejó ocho muertos en la prefectura de Nagano.