Las tensiones entre el norte y el sur de la península de Corea y la polémica por la prohibición de la selección olímpica de Rusia han marcado la antesala de los juegos de invierno en Pyeongchang. Pero ahora se suma un activismo insospechado en contra del evento, que ha sumado cientos de miles de firmas.
"Es una industria impulsada por las ganancias, sin impuestos ni regulación, que impulsa el mito agresivo de que comer la carne del perro (especialmente su pene) mejora la virilidad y da energía a los perros", informa la entidad en sus pedidos en plataformas como Change.org o Thunderclap.
Los activistas consideran "difícil de creer que una nación como Corea del Sur", que se ubica en los primeros puestos en nivel educativo en el mundo "continúe con este tipo de brutalidad bárbara en estas épocas".
"Para los millones de perros y gatos que se carnean cada año en Corea del Sur (…) es una realidad trágica y una pesadilla de la que no pueden escapar, pero es inaceptable y vergonzoso. Corea del sur está feliz de tomar los beneficios de una sociedad avanzada, pero no la responsabilidad total", sentencian los animalistas.
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El consumo de carne canina, un tabú en Occidente, es una costumbre arraigada en Corea del Sur y otros sitios de Asia, aunque se va perdiendo de a poco. En febrero de 2017, las autoridades cerraron el mercado más grande del país destinado a este tipo de comercio, para evitar las críticas de grupos de protección a los animales. Similares iniciativas se dieron en la antesala de la Olimpiada de Verano de Seúl en 1988 y en el Mundial de Fútbol de Corea-Japón 2002.
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Las peticiones están dirigidas a los presidentes de los Comités Olímpicos nacionales, al titular del Comité Olímpico Internacional y también a las autoridades estatales. En Thunderclap, se han lanzado más de 30 colectas que han cosechado cientos de miles de firmas cada una.