El pasado 7 de enero un representante del Ministerio de Exteriores jordano declaró que su país dio luz verde a un suministro puntual de ayuda humanitaria por parte de la ONU a Rukban, que se encuentra en Al Tanaf, a unos 20 kilómetros de la base de EEUU.
"A través de Turquía se suministró ayuda a a Idlib, junto con la cual entraron armas, municiones y cohetes, tememos que eso se repita", dijo el funcionario, destacando que eso representaría un peligro para los civiles que se encuentran en Rukban y para el armisticio en general.
El jefe del Consejo sirio de DDHH destacó que su organismo apoya cualquier esfuerzo encaminado a aliviar la vida de los refugiados y desplazados, pero considera imprescindible tomar medidas para que los convoyes no se utilicen para el envío de armas.
"Nosotros acordamos el paso de caravanas de la Cruz Roja Internacional y de la ONU a través de Turquía, y, desgraciadamente, ellos trasladaban armas debajo de la ayuda humanitaria, por ejemplo, bajo una o dos capas de paquetes de arroz u otro cereal", denunció el funcionario.
"Nuestro punto de vista al respecto consiste en que tal vez exista un llamado Centro de Seguridad (de Rukban), y ellos anunciaron el toque de queda desde la tarde hasta por la mañana bajo el pretexto de eliminar el contrabando de armas y demás, pero en realidad eso se hizo para intimidar", precisó.
Para el funcionario, los que viven en Rukban afirman que las condiciones creadas en el campamento responden a los intereses de los extremistas y al suministro de armas a esos grupos.
A finales de noviembre, Rusia propuso al mando de las tropas estadounidenses estacionadas en Al Tanaf su cooperación para garantizar conjuntamente la seguridad de las entregas de ayuda humanitaria a los refugiados.
La coalición liderada por Estados Unidos estuvo de acuerdo, pero señaló que no había recibido la confirmación de que las autoridades sirias estaban listas para dejar pasar los convoyes.