"El instituto de tecnologías de salvamento submarino de la Armada de Rusia y un destacamento de sus rescatistas han comenzado los ejercicios con los que los buzos se deberán formar para descender a una profundidad de más de 400 metros", ha anunciado la oficina de prensa del Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia.
La primera etapa del entrenamiento se realizará en la base naval que el instituto tiene en la ciudad de Lomonósov (San Petersburgo). Durante la segunda etapa los militares deberán embarcar desde el buque Igor Belousov provisto de todo el equipo de salvamento submarino.
"Los últimos ejercicios demostraron que Rusia puede por sí sola llevar a cabo este tipo de operaciones. El objetivo del proyecto es crear una estación autónoma de submarinismo desde la cual pueda operar un equipo, de no menos de 12 personas, que sea capaz de trabajar en un lugar en concreto de manera constante", explica a Sputnik Serguéi Chénik, redactor de la revista militar Military Krim.
El Igor Belousov deberá convertirse en esa estación de submarinismo. El navío ya ha pasado por las pruebas pertinentes y será donde se forje una nueva especialidad, los acuanautas. "Los militares de la Marina han decidido lanzarse a lo desconocido", señala.
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La nueva división otorgará a Rusia las herramientas para ser "lo más independiente posible" y de utilizar al máximo todas las características técnicas del navío. Para Belousov, los acuanautas "son el futuro".
"Rusia tiene la vista puesta en el mar. En las profundidades de los océanos se almacenan depósitos de recursos naturales, así que nuestros intereses en el océano Ártico no han cambiado. El primero que logre dominar las profundidades marítimas será quien también domine en la inmensidad del océano. El espacio impulsó la ciencia y el mundo del submarinismo puede impulsar nuestra Flota, la medicina…", sugiere Chénik.