Se informa que el ministro birmano de Bienestar Social, Socorro y Asentamiento, Win Myat Aye, acompañado por una delegación, se encontró con las personas que viven temporalmente en un campamento cerca del pueblo de Kyeeganbyin en Rakáin.
"El ministro les dijo que su delegación y él llegaron para coordinar la reconstrucción de sus viviendas porque no huyeron a otro país, a pesar de que sus casas resultaron destruidas por incendios durante los ataques terroristas", dice el medio.
Además, el ministro visitó algunos campamentos en varias etapas de construcción que se están preparando para acoger a los rohinyás que serán repatriados del vecino Bangladés.
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Uno de ellos, el campamento Hla Po Khaung, podrá acoger a unas 30.000 personas en sus 625 edificios, 40 de los cuales estarán terminados para el 25 de enero y otro centenar, para el 31 de enero, según el periódico.
En respuesta el Ejército birmano inició una operación militar, lo que obligó a los musulmanes rohinyás, una minoría a la que el Estado birmano considera apátrida, a abandonar el país.
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De acuerdo con los últimos datos del portal Reliefweb, unos 656.000 rohinyás huyeron de Birmania a Bangladés desde el pasado 25 de agosto, sumándose a otros 212.000 que habían buscado refugio en el país vecino antes de la nueva espiral de violencia en Rakáin.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana de unos 1,1 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes.