Stoltenberg se encuentra de visita oficial en el país balcánico, el cual, según el funcionario, "debe realizar una labor muy grande, al igual que antes" para entrar en la OTAN.
"Eso significa, por supuesto, la solución del problema sobre el nombre del país", precisó el jefe de la Alianza, agregando que se trata de una dificultad que existe desde hace demasiado tiempo.
Reiteró que "no hay otra manera para adherirse a la OTAN que resolver el problema sobre el nombre del país".
Stoltenberg indicó que la Alianza Atlántica es un organismo que toma sus decisiones teniendo en cuenta los opiniones de todos los países miembros, lo que significa que si un miembro veta una decisión, esta no se implementa.
"Saludo la disposición de su Gobierno de resolver esa cuestión y la decisión mostrada", dijo el jefe de la OTAN.
Para Stoltenberg, el encuentro de los negociadores la víspera en Nueva York bajo la égida de la ONU "representa un progreso" que se debe aprovechar para avanzar.
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El secretario de la OTAN agregó que, para ingresar en el bloque militar, el país debe además continuar realizando reformas, mejorar sus relaciones con otros países de la región, aprobar la ley sobre el idioma nacional, reformar el sistema judicial, aumentar el control de los servicios secretos e incrementar sus inversiones en la esfera de la defensa.
"Esperamos ver un progreso semejante en la reforma del sistema electoral, la reforma de los medios de información y el aumento de la transparencia de las finanzas gubernamentales", agregó el funcionario.
Stoltenberg felicitó a Macedonia por su ratificación del tratado de amistad con Bulgaria, y llamó a seguir mejorando la relación con otros países de esa zona.
Poco antes los medios anunciaron que uno de los posibles nombres de la antigua provincia de la desaparecida Yugoslavia podría ser Nueva Macedonia, sin embargo, una fuente cercana al Gobierno griego refutó categóricamente esa posibilidad.
Nimetz, por su parte, ve poco probable que en el nuevo nombre del país no aparezca, de una forma u otra, la palabra Macedonia, ya que resulta poco real que la población lo acepte.
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Atenas demanda el cambio de nombre del país balcánico, alegando que el mismo puede ser confundido con la región griega de Macedonia y por eso bloquea el ingreso de Skopie en la UE y la OTAN.