El 19 de enero el Departamento de Estado de EEUU declaró que Rusia usa cualquier pretexto para defender las acciones del presidente sirio Bashar Asad que supuestamente "continúa empleando armas químicas".
"Los continuos intentos de EEUU de acusar a las autoridades sirias del uso de sustancias toxicas durante los combates contra la llamada "oposición" se basan solo en los rumores de las redes sociales, en los testimonios de los extremistas, y nunca fueron confirmados por los hechos reales", dice el comunicado.
La oposición siria denunció el pasado 4 de abril que 80 personas murieron y 200 resultaron heridas tras el supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun de la provincia de Idlib (noroeste).
La denuncia indicaba como responsables a las tropas gubernamentales de Siria, que rechazaron decididamente esta acusación y la cargaron a los grupos radicales y sus patrocinadores.
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El Mecanismo Conjunto de Investigación de la ONU y la OPAQ presentó a finales de octubre pasado al secretario general de la ONU su informe sobre dos supuestos ataques químicos: el uso de sarín en Jan Sheijun el 4 de abril de 2017, y el de gas mostaza en Umm Hawsh del 15 al 16 de septiembre de 2016.
El informe responsabilizó a Damasco del primer caso, y al grupo terrorista Daesh (proscrito en Rusia), del segundo.
Rusia rechazó las conclusiones del informe del Mecanismo ONU-OPAQ argumentando las deficiencias de su metodología.