Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, aseguró que en la ciudad hay más muertes por sobredosis que por homicidios y accidentes de tráfico combinados. Según el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), más de 27 millones de ciudadanos abusan de los opiáceos en todo el país. Señala además, que casi el 50% de las muertes por sobredosis en 2015 están relacionadas con analgésicos recetados para tratar dolores.
"Durante ese período en EEUU esa industria casi no estuvo regulada. Proponían una 'revolución del dolor'. Si alguien se esguinzaba un pie iba al médico y le recetaban grandes cantidades de opioides de grado farmacéutico, un fármaco muy adictivo. Gran parte de la iniciación en el consumo actual de heroína surge de este modo, por el lado clínico", dijo a Sputnik Nicolás Ayala.
El periodista agregó que una vez que el Estado se dio cuenta de su error quiso volver atrás y regular la venta de esas pildoras, pero eso solo complicó más las cosas. "Ya había una camada de generaciones adictas a los comprimidos y de un dia al otro se los sacaron. Así se comenzó a generar un mercado negro de estos fármacos que se trasladó a las calles, y allí había algo más barato: la heroína", indicó.
La industria farmacéutica en Estados Unidos es la que más dinero gasta en hacer lobby en el Congreso. En 2016 invirtió casi 250 millones de dólares para comprar voluntades parlamentarias. La segunda industria que más gasta en ese rubro es la de seguros y está muy por atrás, con 150 millones.
"Mientras las corporaciones continúen dictando las leyes, las muertes continuarán ocurriendo. Los partidos políticos se sostienen en el poder a base de financiamiento, esa es una ecuación para el desastre", añadió el periodista.
"Eso hizo que el tema tomara protagonismo en la agenda política, cuando no eran blancos los que se morían no era un tema de Estado", dijo Ayala. Explicó además que la industria farmacéutica hizo que cambiara el perfil del consumidor. La epidemia actual se concentró en sitios donde las personas tienen afecciones corporales, como el campo o las zonas mineras, donde los individuos recurren a un médico para calmar sus dolores.
En un país como EEUU las cuestiones raciales tienen gran impacto en las interacciones sociales. Estudios del CDC han demostrado que los médicos son más proclives a recetar opioides a personas blancas que a latinos o afrodescendientes.
"Esto tiene que ver un prejuicio racial, consideran que los primeros van a utilizar los fármacos para curar sus dolencias, mientras que los segundos las venderán en el mercado negro. Es como un racismo a la inversa, se afectó a los blancos por discriminar a los otros sectores de la sociedad", concluyó el periodista.