Las enmiendas a la ley sobre el Instituto de la Memoria Nacional de Polonia, que fueron aprobadas la semana pasada por el Sejm (Cámara Baja) y este 1 de febrero por el Senado pero aún están pendientes de la firma presidencial, prevén hasta tres años de cárcel por el uso de la frase "campos de exterminio polacos" y otras que presentan a los polacos como cómplices de los crímenes nazis.
Al mismo tiempo, la diplomática estadounidense expresó "preocupación" porque esta ley podría socavar la libertad de expresión y el discurso académico, así como repercutir en los intereses y las relaciones estratégicas de Polonia, en particular con EEUU e Israel.
"Las divisiones resultantes que pueden surgir entre nuestros aliados solo benefician a nuestros rivales", apuntó Nauert.
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Algunos de los campos de exterminio más grandes de la Segunda Guerra Mundial, como Auschwitz-Birkenau, Treblinka o Sobibor, se hallaban en Polonia.
Sin embargo, Varsovia rechaza que les llamen con frecuencia "polacos", dado que el país estaba bajo la ocupación nazi en aquel entonces y fueron los nazis quienes los construyeron.
Las enmiendas ya provocaron protestas en Israel cuyas autoridades exigieron revisar la ley y acusaron a sus autores de estar tergiversando la verdad histórica sobre el Holocausto.