"Hace solo un mes, los estadounidenses suministraban este tipo de armas a la provincia de Idlib, e incluso la inteligencia siria encontró pruebas concluyentes de que unos sistemas similares los recibieron los kurdos sirios y un contingente del Ejército Libre Sirio, apoyado ahora por EEUU", prosiguió el analista.
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Baranets anunció que será complicado establecer exactamente de dónde proviene el arma de los terroristas.
"Hoy los mafiosos actúan de modo que el arma se entrega sin ninguna característica. Sí, uno se entera de que se trata del Stinger o del Blowpipe pero no necesariamente lleva el número, dado que la inteligencia extranjera aprendió a borrar sus huellas. Lo único que se puede averiguar es el país productor", señaló Baranets.
El Su-25 fue derribado el 3 de febrero con un sistema de defensa antiaérea portátil en la provincia siria de Idlib (noroeste). Según el Ministerio de Defensa ruso, el piloto se eyectó, pero luego murió al sacrificarse cuando fue cercado por terroristas.
Más tarde, el organismo informó de la muerte de más de 30 terroristas a causa de una ofensiva lanzada con armas de alta precisión en una zona de Idlib bajo el control del Frente al Nusra —también conocido como Fatah al Sham, proscrito en Rusia—, desde donde había sido lanzado el proyectil.