"No tenemos pruebas absolutas, solo disponemos de posibles evidencias del uso del cloro", dijo la ministra francesa de Defensa, Florence Parly, a una radio local.
Ese mismo día el Departamento de Estado norteamericano acusó a Rusia de intentar defender a las autoridades sirias, que supuestamente siguen empleando sustancias tóxicas.
El Ministerio de Defensa de Rusia indicó que las acusaciones de Washington se basan en rumores difundidos por las redes sociales y testimonios de yihadistas que nunca fueron confirmados.
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En Idlib precisamente operan las facciones terroristas que el 3 de febrero derribaron un avión ruso Su-25 con un misil portátil.
La titular de Defensa de Francia llamó también a suspender los ataques aéreos en Siria y mantener abiertos los corredores humanitarios.
"Instamos a cesar los bombardeos y a dejar abiertos los corredores humanitarios ya que se trata de los civiles", subrayó Parly.
El mando de la coalición argumentó que había respondido a un ataque contra sus aliados de las FDS.
La ministra francesa remarcó por último "la importancia del diálogo con todos los bandos" y subrayó que el único objetivo de Francia en Siria es acabar con el grupo terrorista Daesh (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).