La coalición internacional perpetró la ofensiva el 7 de febrero en la provincia siria de Deir Ezzor. Bombardeó las posiciones de las milicias sirias que estaban efectuando una operación contra las unidades de Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y muchos países—.
En un comunicado publicado por el Ministerio de Defensa de Rusia se informó que "la causa del incidente fue la falta de coordinación en las acciones de reconocimiento y búsqueda realizadas por las milicias sirias con el mando del grupo operativo ruso desplegado en la localidad de Saliyah".
Según el comunicado, las fuerzas progubernamentales llevaban a cabo una operación contra los yihadistas cerca de la antigua refinería El Isba, cuando fueron atacadas con morteros, sistemas de lanzacohetes múltiples y, poco después, por helicópteros de la coalición internacional liderada por EEUU.
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El ente ruso destacó que las acciones de Washington demostraron otra vez los verdaderos objetivos que la coalición internacional persigue en Siria: sus fuerzas no luchan contra Daesh sino tratan de tener el control de los activos económicos del país. Además, la coalición internacional liderada por EEUU actúa en Siria sin contar con el consentimiento de Damasco.